08/06/2025

NUEVO ALBUM

 

Battlesnake – Dawn of the Exultants and the Hunt for the Shepherd (2025) | Metal, fantasía y exceso en clave de epopeya australiana




Ficha Técnica

  • Banda: Battlesnake

  • Álbum: Dawn of the Exultants and the Hunt for the Shepherd

  • Género: Heavy Metal / Rock teatral

  • País: Australia

  • Sello: Independiente

  • Lanzamiento: 6 de junio de 2025

  • Estilo: Heavy clásico, hard rock, rock operático, psicodelia y high fantasy

  • Integrantes:

    • Sam Frank – Voz

    • Ben Frank – Guitarra

    • Daniel Willington – Guitarra

    • Paul Mason – Guitarra

    • Elliott Hitchcock – Bajo

    • Nick Zammit – Batería

    • Billy O'Key – Keytar


Sobre la banda

Battlesnake es uno de los actos más peculiares y vibrantes del heavy metal australiano actual. Formados en Sídney en 2018, no solo destacan por su música, sino por todo un despliegue teatral: armaduras, dragones, relatos fantásticos y un enfoque escénico que podría situarse a medio camino entre King Gizzard and the Lizard Wizard, Iron Maiden, Queen, Blue Öyster Cult y Meat Loaf.

Su sonido toma como base el heavy metal clásico, pero lo mezcla con rock progresivo, glam setentero, psicodelia e incluso algo de punk y rock operático. Si en The Rise and Demise of the Motorsteeple ya habían dado muestras de su ambición, este nuevo trabajo multiplica esa visión por diez: Dawn of the Exultants and the Hunt for the Shepherd es una epopeya delirante, maximalista y absolutamente intencionada.


Reseña tema por tema

1. Dawn of the Exultants
Una introducción gloriosa, llena de coros y riffs armónicos, con Sam Frank en su rol de narrador-profeta, invocando una gesta cósmica. El tema va creciendo con tintes progresivos y corales, como si Queen y Blind Guardian hubiesen compuesto juntos en el Monte Olimpo. El final orquestado es puro espectáculo.

2. The Fathers of Iron Flesh
Aquí se imponen los riffs pesados y galopantes, con las tres guitarras arremetiendo como caballería sobre un ritmo a lo Judas Priest. El bajo de Elliott ruge con presencia, y los arreglos de keytar suman una dimensión sci-fi a la historia. Épico y directo.

3. Shepherd Hunter
Más oscuro, casi doom por momentos. Las guitarras bajan el tempo y construyen una atmósfera siniestra. La voz aquí toma tintes más teatrales, casi narrativos, y recuerda a las partes más sombrías de Operation: Mindcrime. El estribillo es memorable, casi como un canto ritual.

4. Beelzebugs Nativity
Uno de los cortes más extraños y psicodélicos. Comienza con un aire de folk psicodélico y se transforma en un trip a lo King Crimson meets Ghost. La historia narra el nacimiento de un demonio insectoide, con todos los clichés de fantasía pero abrazados con entusiasmo y teatralidad.

5. Beelzebugg II
Continuación directa del anterior, pero esta vez como una explosión de speed metal. Las guitarras se entrecruzan en armonías gemelas, y la batería de Nick se desboca en redobles frenéticos. Ideal para el headbanging.

6. Murder Machine
Más directo y hard rockero. Aquí se sienten influencias de Motörhead y Saxon, con riffs más simples y un groove marcado. La letra combina sci-fi y violencia mecánica, al estilo de 2000 AD. Puro pulso ochentero.

7. Fowl of the South
Una rareza divertida: riffs a lo Thin Lizzy con un ritmo casi bailable y un tono humorístico que recuerda a los temas más relajados de Turbonegro o The Darkness. El solo de keytar es glorioso y ridículo a la vez. Una especie de respiro narrativo en la mitad del disco.

8. Sanctum Robotos
Uno de los momentos más progresivos y densos. Aquí el disco entra en terreno experimental, con compases irregulares y un uso más complejo de las guitarras. El ambiente es opresivo y robótico, como si narraran una guerra entre androides y paladines. Difícil pero fascinante.

9. The Borning of the Golden God
La gran balada power metal del disco. Abre con un arpegio melancólico, luego sube como un himno heroico con coros de estadio y frases que claman por una deidad solar. Sam Frank brilla vocalmente aquí. Un tema que emociona aunque esté lleno de clichés… y justamente por eso.

10. Aurorus Automatic
Riffazo inicial, baterías motorizadas y un estribillo glorioso. Suena como un cruce entre Manowar, Blue Öyster Cult y Van Halen. El ritmo es constante y heroico, con teclados envolventes. Muy efectivo y pegadizo.

11. Moto Exordium
El cierre funciona como outro apoteósico: guitarras en fade-out, coros épicos, repeticiones rituales, y un ambiente cinematográfico. Casi como si estuvieras viendo los créditos finales de una película de fantasía oscura. Una conclusión ideal para este delirio narrativo y sonoro.


Conclusión

Dawn of the Exultants and the Hunt for the Shepherd no es un álbum para cualquiera. Es excesivo, teatral, lleno de elementos kitsch y de referencias a un imaginario fantástico propio de novelas pulp, videojuegos o RPGs de los 80. Pero lo importante es que Battlesnake sabe lo que hace: cada exageración está calculada, cada arreglo está trabajado, y lo que podría ser solo una parodia, termina siendo una obra seria dentro de su propio universo.

Battlesnake no teme el ridículo, porque lo convierte en arte. Su propuesta es única: un heavy metal operático y austral con identidad propia, entre la fantasía medieval, la psicodelia moderna y la energía pura del hard rock más clásico. Un disco que no pide disculpas por nada y que deja claro que el metal también puede ser teatral, divertido y profundamente épico.



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