Austere – The Stillness of Dissolution (2025)
Reseña por Gonzalo Vargas
Ficha técnica:
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Banda: Austere
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Álbum: The Stillness of Dissolution
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Año: 2025
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País: Australia
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Género: Atmospheric / Melancholic Post-Black Metal
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Duración: 43:45
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Integrantes:
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Mitchell Keepin “Desolate” – guitarras, voces, bajo, teclados
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Tim Yatras “Sorrow” – batería, voces, teclados
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Producción: Austere
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Mezcla y masterización: Tim Yatras
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Arte de portada: Førtifem (Francia)
Austere: dolor que nunca se disipa
Desde sus inicios, Austere ha sido una voz fundamental dentro del black metal más introspectivo y emocional. No son una banda de muchas palabras ni discos; su silencio prolongado entre lanzamientos es casi tan elocuente como su música. Luego de su aclamado regreso en 2023 con Corrosion of Hearts, el dúo australiano compuesto por Desolate y Sorrow nos entrega este The Stillness of Dissolution, un álbum más maduro, dolorosamente melancólico y sin concesiones.
Si el disco anterior era una declaración de regreso, este nuevo trabajo es una afirmación de identidad. No hay herejías ni giros innecesarios: lo suyo sigue siendo ese black metal atmosférico y post-apocalíptico donde cada nota suena como un pensamiento sombrío que vuelve a repetirse en el insomnio.
Reseña tema a tema
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Dissolved Exile – 7:46
El álbum abre con una carga de guitarras llenas de eco, pesadas pero etéreas, y esa voz ahogada que nos recuerda por qué Austere es una experiencia más que un sonido. “Dissolved Exile” es la cristalización perfecta de su estilo: un crescendo emocional que arranca lento, triste, casi agónico, y que va escalando hacia una furia contenida. El uso de capas de guitarra y sintetizadores está finamente equilibrado, creando una atmósfera envolvente. El exilio al que se refiere no es físico: es emocional. Y se siente real. -
Time Awry – 7:04
Más melódica pero no menos sombría, “Time Awry” juega con estructuras cercanas al post-black metal. El riff principal tiene una cualidad melancólica casi esperanzadora, que se va descomponiendo lentamente hacia la desesperación. La batería de Yatras es magistral, con detalles sutiles que mantienen viva la tensión. Este tema me golpeó particularmente fuerte: ese coro lejano, ese aire de lo que pudo ser pero se desvió, es puro desgarro. -
Redolent Foulness – 5:45
Este es uno de los cortes más duros del disco. Menos melódico, más directo, y con una atmósfera opresiva. Aquí el dúo saca su faceta más black metal tradicional, pero sin perder esa sensibilidad decadente que los caracteriza. Hay momentos donde la mezcla se vuelve casi asfixiante, como si el sonido se pudriera desde dentro. El título no engaña: esto es pestilencia emocional hecha música. -
The Downfall – 6:41
“The Downfall” es una montaña rusa de emociones. Empieza con un pasaje lento y triste, casi funeral, para luego escalar en velocidad y agresividad. Las voces limpias hacen un regreso fugaz en el puente, generando una sensación de anhelo perdido. Es uno de los temas más dinámicos del álbum, y también uno de los más hermosos. No hay un segundo de sobra aquí: cada compás está construido con intención. -
Rusted Veins – 7:04
Aquí el dúo introduce pasajes que rozan lo shoegaze en cuanto a atmósferas, pero con la crudeza intacta. Las guitarras limpias que abren el tema se sienten oxidadas, quebradizas, como si el tiempo hubiera carcomido su belleza. La letra (como casi todo lo de Austere) se percibe más que se entiende, pero el mensaje llega claro: hay cosas que no sanan, solo se oxidan. Musicalmente es uno de los temas más bellos del disco, y también de los más tristes. -
Storm Within My Heart – 9:25
El cierre es monumental. “Storm Within My Heart” no necesita prisa para doler. Sus casi 10 minutos se sienten como una tormenta emocional que se despliega lentamente, con guitarras que a veces parecen lamentos y una batería que guía el viaje con solemnidad. El tramo final, con capas de guitarras y teclados entrelazadas, es absolutamente devastador. Aquí se resume todo el disco: aislamiento, duelo, contemplación y catarsis. No hay final feliz, pero sí un cierre necesario.
Conclusión final:
The Stillness of Dissolution es, sin duda, uno de los discos más intensos emocionalmente que ha salido este año. Austere no busca reinventar la rueda, sino seguir explorando el terreno en el que se han vuelto maestros: ese rincón oscuro del alma donde el dolor y la belleza se entrelazan.
Con una producción cuidada, un diseño visual sobrio pero profundamente evocador cortesía de Førtifem, y composiciones que no temen al silencio ni a la repetición, este álbum se siente como una continuación lógica de Corrosion of Hearts, pero también como su superación espiritual.
No es un disco para escuchar de fondo. Es un disco que exige rendirse, apagar las luces, y dejarse arrastrar. Austere ha vuelto a demostrar que en el extremo del dolor hay una forma de belleza, y The Stillness of Dissolution es su forma más refinada de expresarlo hasta ahora.
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