🩸 CANNIBAL CORPSE – Gore Obsessed (2002): Brutalidad quirúrgica sin redención
🗂 FICHA TÉCNICA
Álbum: Gore Obsessed
Banda: Cannibal Corpse
Origen: Búfalo, Nueva York, EE.UU.
Género: Death Metal
Lanzamiento: 26 de febrero de 2002
Sello: Metal Blade Records
Duración: 39:30
Productor: Neil Kernon
Ingeniero de sonido: Bobby Torres
Arte de portada: Vincent Locke
Integrantes:
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George "Corpsegrinder" Fisher – Voz
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Pat O'Brien – Guitarra líder
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Jack Owen – Guitarra rítmica
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Alex Webster – Bajo
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Paul Mazurkiewicz – Batería
🧠 CONTEXTO
Gore Obsessed es el octavo álbum de estudio de Cannibal Corpse y el tercero con George "Corpsegrinder" Fisher en la voz. Para este punto, la banda ya había afianzado su sonido post-Chris Barnes y encontrado una fórmula que combinaba técnica, velocidad y letras explícitas sin filtros. Este disco no solo sigue esa línea: la refuerza con riffs más afilados, baterías más orgánicas y un sonido general más balanceado que sus predecesores inmediatos.
Grabado con el productor Neil Kernon, conocido por su trabajo con bandas como Nevermore y Queensrÿche, el álbum tiene un sonido limpio pero crudo, directo al grano y sin florituras. La portada, obra habitual de Vincent Locke, es otro festín sangriento: cuerpos destrozados, canibalismo y mutilación como sello inconfundible de la banda.
💀 RESEÑA TEMA POR TEMA
1. Savage Butchery
Una patada directa al pecho. En menos de tres minutos, Cannibal Corpse desata una tormenta de blast beats y riffs gancheros. Corpsegrinder escupe violencia con su registro medio y la banda no da tregua. Es un comienzo clásico: rápido, brutal, efectivo.
2. Hatchet to the Head
Más grooveado, con un riff principal que se queda en la cabeza como un hacha clavada. Las secciones a medio tiempo se combinan con aceleraciones repentinas. Un tema bien estructurado que no pierde brutalidad.
3. Pit of Zombies
Uno de los himnos del disco. Tiene un aire cinematográfico, casi narrativo. Las líneas vocales cuentan una historia de reanimación y carnicería zombi, y el riff central es de los más memorables. Técnica y brutalidad se combinan con precisión quirúrgica.
4. Dormant Bodies Bursting
Un ataque constante, donde la batería de Mazurkiewicz se luce con su control del doble bombo. Corpsegrinder lleva su voz a un tono casi demoníaco. Las guitarras, por su parte, se enredan en riffs cortantes y oscuros.
5. Compelled to Lacerate
Tema veloz, violento y directo. No busca ser melódico ni memorable: solo romperte la cara. Ideal para el moshpit. Es de esos cortes que, en vivo, deben provocar caos absoluto.
6. Drowning in Viscera
Más atmosférico, dentro de lo posible en Cannibal Corpse. Hay una sensación de asfixia constante, como si la música te sumergiera en sangre coagulada. El bajo de Webster tiene momentos destacables, con líneas que serpentean bajo el muro de guitarras.
7. Hung and Bled
Uno de los más lentos y pesados del disco. La letra es pura tortura visual y la música lo acompaña con riffs arrastrados y gruesos. La voz aquí parece salida de una cámara de suplicio. Brutal y dolorosamente eficaz.
8. Sanded Faceless
Una pieza cargada de furia, donde Pat O'Brien lanza uno de los solos más enfermizos del disco. Hay algo mecánico en la forma en que se repiten los riffs, casi como si estuvieran lijando hueso. El título es tan gráfico como la ejecución.
9. Mutation of the Cadaver
Tema rápido y técnico, con una batería descontrolada y cambios de ritmo que no permiten acostumbrarse a ningún patrón. Un ejemplo perfecto de death metal puro, sin adornos.
10. When Death Replaces Life
La intro lenta crea tensión, pero pronto se desata una explosión. El contraste entre las secciones pesadas y las rápidas le da al tema una dinámica siniestra. La letra es filosóficamente mórbida: ¿cuándo deja de ser la muerte una tragedia?
11. Grotesque
Cierra el álbum con uno de sus tracks más técnicos. No es el más brutal ni el más memorable, pero sí el más intrincado. Aquí se nota la madurez compositiva de la banda: saben cuándo golpear y cuándo dejar respirar... apenas.
🧠 CONCLUSIÓN PERSONAL
Gore Obsessed no es el disco más famoso de Cannibal Corpse, pero sí es uno de los más balanceados y pulidos. Aquí la banda logra una mezcla perfecta entre brutalidad, claridad técnica y variedad compositiva. No hay relleno, no hay descanso: solo once cortes de violencia insaciable.
Para quienes ya conocían el legado de la banda, este álbum es una confirmación de que Corpsegrinder era —y sigue siendo— el vocalista ideal para el sonido moderno de Cannibal. Y para quienes aún creen que el death metal es solo ruido: este disco demuestra que hay estructura, narrativa y propósito tras la sangre.
Uno de mis favoritos de la era post-Vile. Brutal, sólido, sangriento. Justo como debe ser.
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